Javier Francisco Ceballos Jimenez: «En busca del tiempo perdido», una obra legendaria nacida de la particularidad de Marcel Proust
Una de las novelas literarias más importantes del mundo también es ‘En busca del tiempo perdido’ la cual pertenece al francés Marcel Proust y que, como tal, la hace una de las más importantes y trascendentales de su país.
Quienes se han dedicado a analizar la obra consideran que es una creación que partió de las emociones y vivencias personales de Marcel Proust, por lo que es importante conocer los detalles de la vida de este personaje.
Proust, cuyo nombre complete es Valentin Louis Georges Eugène Marcel Proust, nació en París, el 10 de julio de 1871. Era de una familia con recursos, de hecho, su padre era médico de renombre internacional y su madre se caracterizó por ser una judía con buenos conocimientos. Su primera obra se publicó en 1907 pero no sería sino hasta la salida de ‘En busca del tiempo perdido’ cuando tomaría la cúspide de la popularidad en el ramo de la escritura.
La obra “En busca del tiempo perdido” consta de siete partes que fueron publicadas entre el año 1913 y 1927, son estas:
- Por el camino de Swann.
- A la sombra de las muchachas en flor.
- El mundo de Guermantes.
- Sodoma y Gomorra.
- La prisionera.
- Albertine desaparecida.
- El tiempo recobrado.
Entre los hechos que se analizan de la obra está que la misma gira en torno a figuras femeninas, todas que se vinculan a la vida del autor (su madre, su abuela, tía, amiga de juegos infantiles, sirvientas y la amante que se cataloga realmente como una figura homosexual, pues hacía alusión a un hombre realmente).
La obra comienza con una narración de su vida en la que afirma que le ha costado conciliar el sueño, se va a rememorar una etapa de su infancia y así continúa desarrollándose, de hecho, es una constante en todas sus partes que la historia vaya desarrollándose con base en la memoria del pasado.
La magdalena es un tema clave en la obra, es decir, el momento en que el autor ya de adulto prueba un trozo de pastel y evoca su niñez.
Otro aspecto a destacar, como se mencionó anteriormente, es la homosexualidad, un tema que si en pleno siglo XXI sigue causando polémica, es de imaginarse lo controvertido que era para los años en que Proust decidió escribirla.
Así mismo, vale resaltar que la figura del padre es la que menos protagonismo tiene en la obra e incluso llega un momento en que se desaparece, lo que reafirma los comentarios de que Proust no tuvo las mejores relaciones con su padre.